Nadie concibe salir de casa y dejar la puerta abierta; pues eso es lo que hacemos en Internet cuando nuestra contraseña es débil, la misma durante años o la misma en todos los perfiles.
No es un capricho: Más de 23 millones de personas en todo el mundo son víctimas de una brecha de seguridad donde utilizaban la contraseña “123456”.
¿Sabías que…?
·
Las contraseñas como método único de autenticación hace tiempo que
dejaron de ser efectivas, no solamente por lo débiles que son algunas, sino
también por el hecho de que demasiados usuarios las reutilizan en varios
servicios.
·
Las filtraciones y robo de datos que sufren las empresas también
han minado su efectividad y, desde hace años, se aboga por la utilización de un
doble factor de autenticación (2FA) para poder proteger de forma más eficaz el
acceso a servicios en línea.
·
Está claro que mientras el sistema de identificación preferente
siga siendo la introducción de usuario/contraseña, no debemos perder de vista
las practicas. Más que nada porque, aunque las claves parezcan robustas, siguen
siendo al mismo tiempo vulnerables a ataques de ingeniería
social, phishing o malware. También son la causa principal de las
brechas de datos.
Recuerda siempre:
·
No utilizar datos familiares y/o información personal
identificable.
·
Usar palabras o series de números.
·
Memorizar tus usuarios y contraseñas.
·
Cambiar las contraseñas de forma periódica y utilizar claves
diferentes para cada sistema, aplicación y servicio.
·
No compartir los usuarios y contraseñas con nadie.
¡Crea una contraseña lo suficientemente fuerte
para protegerte de estos ataques!